
Mae es una habanera de unos 55 años, viuda sin pensión por tal concepto. Su marido era obrero de la construcción particular. (Micro brigadas) Ella todavía esta pagando el pequeño apartamentico que se construyó con la ayuda de su marido en régimen de cooperativas, cuando salían ambos de sus respectivos trabajos incluso los fines de semana.
Ella se dedicó en cuerpo y alma a su “jefe”, la contrató un español, con negocios en la Isla. Ella vio el cielo abierto cuando este le dijo.
¡Dos dólares al día cuando yo esté en La Habana!, más la ropa que me laves y me planches y un dólar cuando yo no esté en la Isla. Así el jefe la tenia en “plantilla fija” en los periódicos viajes que hacia a Cuba.
Gracias a esos ingresos ella pudo sacar de la calle a su hija que estaba jineteando, pues tenía una niña y las necesidades eran obvias, los dólares que ella recibía de su jefe daban para ella y llevar pa´ lante a su hija y nieta.
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La responsabilidad y seriedad que una doctora demostraba tener y el celo que ponía en el trabajo, hacía que todas las mañanas marchara a su faena de laboratorio en el hospital sin echarle nada a su hambriento estomago, hasta tener los preparativos de su sección listos. Podía más esa responsabilidad que el hambre que decía siempre tener.
Su novio extranjero se preparaba el desayuno todas las mañanas para ver si le despertaba el apetito y....¡ nada no quiero nada contestaba ella!, el novio se quedaba "jodido" cuando ella se marchaba, al ver que su novia tan responsable y celosa de su trabajo se iba con el estomago vacío, total para la mierda que ganaba y la más mierda que le daban como almuerzo en el comedor del hospital.
Cuando llegaba por la tarde de su trabajo la pobre doctora se "vengaba" ya relajada si comía bien, el novio le preparaba tanta comida que siempre sobraba y .......¡ ay si yo cogiera eso allí! y no la mierda que nos dan en el almuerzo del hospital.
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