"La razón de Estado es infinitamente más fúerte que la
razón práctica y que los Diez Mandamientos"
Castoriadis, 1998
La institución de la esclavitud está presente en las colonias españolas desde el momento inmediatamente posterior a los "descubrimientos del nuevo mundo". El mantenimiento de esclavos había sido práctica incuestionada tanto por quienes se beneficiaban del trabajo de los esclavos como por las autoridades políticas y religiosas. Sin embargo, a finales del siglo XVIII en Cuba la institución de la esclavitud experimentó un profundo cambio; aumentó la demanda interna de esclavos, cambiaron las condiciones de trabajo y la vida impuestas a ellos. Se generó, además, un tráfico de hombres y mujeres de color que proporcionó grandes beneficios, pero a la vez modificaron la vida en toda la isla. Los cambios estructurales experimentados en los estados europeos a principios del siglo XIX hicieron insostenible el mantenimiento discursivo de la institución de la esclavitud, lo que unido al proceso de emancipación de las colonias del Caribe, contribuyó a que la abolieran Gran Bretaña, Francia y Holanda. Por razones de "estado" el trabajo esclavo pasó a llamarse "asalariado" y quienes lo realizaban pasaron a ser ciudadanos, categoría acorde con el discurso político y jurídico moderno. Sin embargo, en la colonia española, el mantenimiento de la esclavitud se manifestó un fenómeno económico imprescindible y condicionó las relaciones de esta con la metrópoli hasta el momento mismo en que Cuba consiguió la independencia.
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