
El asturiano es un castizo rebelde. Como en la sidra,
los jugos de la tierra se le tornan alcohol de dulce fragancia,
pero si nos descuidamos, incalculables en el estrago.
Jorge Mañach
En los procesos de conquista y de colonización de Cuba la participación dentro del conjunto de las fuerzas españolas de los naturales de Asturias fue en realidad muy reducida. Los papeles protagónicos fueron desempeñados entonces por andaluces, castellanos y extremeños. Mas a partir del siglo XIX podemos observar que los mayores contingentes de españoles llegados a suelo cubano procedían de Galicia, Islas Canarias y Asturias. Diferentes factores propiciaron aquel flujo migratorio, entre los cuales estuvieron las limitaciones económicas que padecían estos individuos en sus respectivos lugares de origen, la sobrepoblación, fundamentalmente en las zonas rurales, y una política gubernamental que favorecía dicho desplazamiento hacia América. De esa forma las autoridades se deshacían de la presencia de un considerable número de ciudadanos, en su mayoría jóvenes, que podrían llevar a cabo serios conflictos sociales y, al mismo tiempo, reforzaban el componente hispano en los últimos reductos coloniales que la Corona conservaba en este lado del Atlántico: Puerto Rico y Cuba.
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El Anarquismo en Cuba, desde el nacimiento de la República a la caída del Dictador Gerardo Machado: El fin de la hegemonía libertaria sobre el movimiento obrero
"Luchemos, que hay grandes injusticias que destruir y muchos derechos que reclamar. Luchemos, que renunciar a la lucha es renunciar a la vida, es decir, `es renunciar a ser hombres" Manifiesto Anarquistas de Cruces, 1915.
Huelgas y más huelgas
El siglo XX cubano se inició, con una isla ocupada por Estados Unidos, y desbastada por la guerra contra España, el ideario anarquista, tenía pues, bastante tela por donde cortar. Durante este periodo se siguieron difundiendo los métodos de lucha anarcosindicalista, especialmente desde el semanario ¡Tierra! en el que escribían destacados escritores de España y Cuba. Para fortalecer la propaganda de sus ideas, los ácratas de Cuba intentaron contar con la presencia, de uno de los masa conocidos pensadores de su doctrina, Enrico Malatesta, a quien en 1900 los editores de El Mundo Ideal invitaron a la isla para que le hablara a obreros y campesinos sobre el anarquismo. Lamentablemente para los anfitriones, las conferencias debieron interrumpirse, pues a las que las autoridades interventoras norteamericanas no les agradó nada la estancia del connotado anarquista en el país y lo expulsaron. Pese a todo los métodos de acción directa, constituían parte intrínseca del accionar obrero Cubano, en los primeros tiempos postcoloniales.
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