Un pedazo de cielo cayó, bloque perfecto azul cielo matizado de blancos dejando una estela de arcoiris en su vertical descenso; pese al estruendoso impacto con la superficie de la acera no dejó huella alguna; parecía depositado allí para demostrar la existencia de los milagros.
Todos miraron inmediatamente hacia arriba por aquella costumbre de tratar de ver de donde vienen las cosas antes de prestarle, mucho menos regalarle, atención. Una vez procesada la noticia por las agencias de prensa y las publicaciones para ser servida a los millones de dependientes usuarios, consumidores de hechos de segunda mano, se le dieron diferentes interpretaciones al original y hasta gracioso "fenómeno" -esta último denominación circuló, por supuesto, en las publicaciones científicas-: En la India se afirmó que era un dado de Brahma para decidir la suerte del caótico mundo y había que esperar la caída del segundo pues los dados suelen venir en pares... en China se le bautizó como "la silla celestial"
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